El teatrino por dentro. Se puede ver la manera en que acomodamos los títeres para que todo esté al alcance de la mano, además de que Edwin está siempre atento a ayudarnos con todo lo que entra y sale de escena.
(De arriba a abajo) Pablo Cueto, Rolando García y yo en la coreografía final
Antigüo Colegio de San Ildefonso, Ciudad de México. Marzo 2005
Fotografías: Melissa Ortiz Massó
Una de las obras más complicadas que hago con el Teatro Tinglado es No rebuznaron en balde el uno y el otro alcalde, aventura quijotesca de la maestra Mireya Cueto, dirigida por Pablo Cueto. Somos tres titiriteros y hay alrededor de 40 títeres en escena; tenemos que desplazarnos gran parte del tiempo sentados en carritos que van sujetos a nuestra ingle (con todo el doloroso suspenso que esto trae), y otra de pie; manipulamos dos títeres a la vez y hacemos las voces de un tercero, cantamos y bailamos... Es un gran espectáculo de 45 minutos de duración que requiere de mucha concentración de energía y atención que es tremendamente divertido y fascinante de representar.
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